LOS DOCE ARCÁNGELES DE SOPÓ

 LOS DOCE ARCÁNGELES DE SOPÓ







En la iglesia Divino Salvador de Sopó, se encuentra la venerable y famosa colección de Arcángeles de gran interés histórico, es uno de los ejemplos más importantes de este género pictórico. Procedente del legado artístico más rico del siglo XVII, sobre el que existen muchas incógnitas, conjeturas, hipótesis y suposiciones. 


La colección está formada por once Arcángeles y un Ángel Custodio, fue pintada por un maestro anónimo entre 1650 y 1700. A raíz de la aparición en 1753 de la imagen milagrosa del Señor de la Piedra de Sopó, en fecha no especificada fueron trasladados allí. Sólo se sabe que en 1843 fueron mencionados en un inventario parroquial descubierto hace unos años por la restauradora Consuelo Jaramillo. A fines del siglo pasado, vuelve a referirse a ellos el escritor y político Miguel Antonio Caro quien, en una de sus obras de carácter intimista y puramente literario, dice que cuando pasaba los ratos de descanso en la hacienda de Casablanca, iba a el pueblo vecino de He cenó para observar a estos ángeles.


En 1961 fueron trasladados por primera vez a Bogotá para restaurarlos, dado su mal estado de conservación, y darlos a conocer a través de una exposición. Con los mismos propósitos regresaron a Bogotá en 1983, donde permanecieron hasta 1986. Jaime Gutiérrez Vallejo, quien dirigió la segunda restauración, las atribuye a un autor europeo. Otra posición tiene el investigador español Santiago Sebastián, quien cree que se trata de “ejemplares virreinales”. Dada la falta de datos sobre estas obras, en la última década la presencia del “ojo artístico” ha permitido verlas de otra forma, centrando el interés en las características iconográficas.   


Se trata, en primer lugar, de doce imágenes de ángeles, un número de carácter simbólico dentro del cristianismo: doce tribus de Israel, doce profetas menores, doce apóstoles... En segundo lugar, llama la atención que en esa docena de personajes predominan los arcángeles bíblicos. los arcángeles apócrifos, no reconocidos por la Iglesia. 


La serie Sopó incluye tres arcángeles bíblicos: Miguel, el príncipe de las milicias celestiales que echa en su mano luchar contra Satanás; Rafael, compañero de viajeros y peregrinos, con el símbolo del pez; y Gabriel, el mensajero divino, con el ramo de flores. Y también ocho arcángeles apócrifos: Uriel, representado con la espada de fuego en alto; Geudiel, con la corona de rosas y el látigo como símbolos de penitencia; Seactiel, con el incensario, atributo de la oración; Barachiel, esparciendo rosas como la bendición de Dios; Piel, el arcángel portaestandarte; Esriel, envainando la espada en su papel de justicia divina; Laruel, con el laurel y la palma del martirio como atributos de la misericordia de Dios; Teadkiel, con el sol brillante y la espada; y, por último, cerrando la serie, el Ángel de la Guarda con el niño en la mano.


Las figuras de arcángeles caracterizan la escuela cuzqueña de pintura, especialmente con su serie de arcángeles "militares" difundida en Perú y Bolivia. En Colombia no son comunes las series de arcángeles y, aparte del de Sopó, sólo existen otros tres, también de autor anónimo, en Santa Clara la Real y Santa Bárbara, en Tunja, y en Santa Clara de Bogotá, en el los cuales los arcángeles apócrifos también predominan sobre los bíblicos.


Al ser un artista anónimo, se le conoce como Maestro de los Arcángeles de Sopó, obra que tanto prestigio le ha dado como pintor. Trabajó en la segunda mitad del siglo XVII y dejó en la Nueva Granada una de las obras más destacadas. No se sabe si se trata de un pintor europeo que de paso dejó cuadros que iban a ser entregados a pueblos vecinos a Santafé de Bogotá, o si se trata más bien de un pintor colonial de excelente calidad, que no son del colegio santafereña. 

En cualquier caso, se trata de un artista especializado en la pintura de ángeles y arcángeles, y con poca obra identificada hasta el momento. 


ÁNGEL GUARDIAN


Es el Ángel de la Guarda tradicional. El niño que lleva en la mano simboliza el alma del justo que es guiado por el Ángel en el camino de la vida y más tarde después de la muerte. Es la dirección de este Ángel y la expresión de solicitud y cuidado que tienen los ojos que indican la asistencia celestial a las criaturas de la tierra.

Es una de las representaciones más cuidadas de la pintura. El dibujo torcido da una belleza virtual a la figura del Ángel, aunque debe observarse cierta torpeza en el trazo de las manos, prueba peligrosa para los pintores.

Es la compañía auxiliadora de Dios que va por los mismos caminos que los hombres, dándoles la mano en los caminos inciertos de la existencia terrena.

ESRIEL
la justicia de dios


En este Arcángel destaca su dulce expresión con los ojos casi cerrados y su mirada lánguida y baja como si siguiera el movimiento de la espada. Su delicado rostro de rasgos muy delgados y alargados y ojos soñolientos es uno de los más bellos de este pintor.

Es la manifestación de un soldado que, con su gesto militar, expresa una actitud de severa disciplina. Representa los juicios de Dios sobre el comportamiento humano. La espada que sostiene es un símbolo de fuerza y ​​libertad. Dios es justo y sabio. La justicia tiene las mismas características.


ARCÁNGEL GABRIEL
Fortaleza de Dios




Es el ángel del anuncio, el heraldo del nacimiento de Jesús, venerado no sólo por cristianos sino también por hebreos y musulmanes. Sostiene un ramo de flores en el que destacan los lirios, símbolo de la pureza de María.

La cartelera exhibe las palabras salutatorias: AVE MARIA GRATIA PLENA (Ave María llena eres de gracia), palabras con las que el Arcángel saludó a la Virgen María para anunciarle el misterio de la Encarnación del Verbo.

Sus ojos expresan la serenidad y la seguridad del apoyo divino a la historia futura de la salvación del hombre.


JEHUDIEL
la penitencia de dios



Lo primero que llama nuestra atención es su bello rostro de mirada serena y lánguida, que establece un equilibrio de majestuosidad y armonía que contrasta tanto con su lujosa vestimenta y las vistosas joyas que lo adornan como con los atributos que exhibe; La corona de rosas y el flagelo. Su representación es muy llamativa; expresa el contraste entre lo celestial y lo terrenal, es una exhortación visual en la que se explica que, para obtener la gloria del cielo, simbolizada por la corona, es necesario hacer penitencia (azote) en la tierra.



LARUEL
misericordia de dios




Quizás como ningún otro Arcángel en esta colección, Laruel predomina por la maravillosa expresión de sus ojos que hablan de misericordia y compasión.
Parece que su mensaje es este: "Mientras el hombre se pierde por la venganza, Dios triunfa por la misericordia".
Lleva como atributo una palma y una rama de laurel. En la simbología cristiana la palma evoca el tiempo del martirio sobre la muerte y el laurel significa triunfo.
El nombre Laruel realmente no tiene ninguna asociación con los tributos y elementos iconográficos del Arcángel. Es uno de los ángeles menos ostentosos en cuanto a vestimenta y joyas.


LEADH
El poder de Dios



Era imposible restaurarlo.
Se desconoce la causa por la que esta obra perdió parte de la capa pictórica. Según los cánones en materia de restauración, es preferible dejar la obra original tal como está.
Este Arcángel plantea el mayor misterio en los nombres de esta serie. Sus atributos son el sol brillante, la palma y la espada. El sol que brilla es uno de los símbolos de Cristo y la mano con el sol es el sol de la justicia. 


MIGUEL
¿A quién le gusta Dios?




Es uno de los cuatro grandes Arcángeles junto a Gabriel, Rafael y Uriel.

Es el ángel más discreto en cuanto a vestimenta. Es el único que no tiene inscripción porque su iconografía es obvia. Los lienzos que flotan muy “suburbanos” son los mejores logrados por el maestro de Sopó. Es el triunfo de Dios contra el diablo y de la religión contra Satanás.

El yelmo y la lanza son atributos de este arcángel guerrero. La lanza que empuña es tanto un estandarte como un símbolo de redención, ya que su extremo superior tiene una cruz.


RAFAEL
medicina de dios



El gran Arcángel, viajero de la Biblia, guía y maestro del joven Tobías, se presenta aquí en todo su esplendor. Una de las pocas figuras frontales de esta colección, el claroscuro se emplea aquí con modesta pero notable maestría.

Lleva la esclava parda sobre sus vestidos y porta el bordón, prenda utilizada por los peregrinos en la Edad Media; lleva sobre el pecho la concha que se convirtió en la seña de identidad de los peregrinos de Santiago de Compostela y sostiene en la mano un pescado, que a su vez fue la fuente para elaborar la medicina que curó a su padre; junto a él está el perro que acompañó a Rafael y Tobías en su largo viaje, el único perro que aparece en la Biblia como compañero de un hombre.

SEACTIEL
oración de dios




Es una de las representaciones más apacibles  de esta serie, contrastada por su serenidad y el gesto misterioso con el que posa de frente, con el ala desplegada y el manto desplegado para llamar la atención sobre el incensario de plata. Aquí también predomina la torsión barroca. Los verdes, rojos y azules cadmio, gama dominante en esta colección de Arcángeles, se atenúan a la vez que se acentúan sobre los misteriosos fondos crepusculares.

Los ojos dan la idea de un espíritu en oración y contemplación a través del uso del incensario. También expresa en la mirada del Ángel una tendencia o dirección mística casi independiente del incensario.


URIEL
Fuego de Dios





Por su gesto de gran movimiento expresa lo que podríamos llamar idea-vida. Cuando se designa como "Fuego de Dios" no está obligado a reconocer en esta figura, el mensaje de Cristo: "Fuego he venido a traer a la tierra, ¿y qué quiero sino que arda?" Sus ojos expresan la pasión del movimiento.
Aunque su nombre no se menciona en la Biblia, se le identifica con la espada de fuego, como el ángel que expulsó a Adán y Eva del paraíso y como el ángel de fuego del Apocalipsis. Es un arcángel muy hermoso que blande en lo alto la espada de fuego, estallando y llenando el cuadro con su alegre y festoneada combinación de colores.


ARCÁNGEL BARAQUEL
También es conocido como: Barachiel, Barchiel, Baraqiel, Barkiel, Barbiel, Barakel, Baraqel, Pachriel y Varachiel.

Su nombre significa: "Bendiciones de Dios"






Arcángel Barachiel puede no ser uno de los arcángeles más conocidos, pero puede ser el más divertido. Es conocido como el ángel de la risa. Donde hay risas, está Barachiel, inspirando a la gente a tomarse la vida con más humor.

Es uno de los siete arcángeles mencionados en el Libro de Enoc, una de las fuentes más importantes de angelología.
El Libro de Enoc describe al arcángel Barachiel como uno de los príncipes del cielo. Menciona que Barachiel es el líder de 496.000 ángeles. El Libro de Enoc identifica al arcángel Barachiel como un serafín que custodia el trono de Dios.


ARCÁNGEL ARIEL



También se le conoce como: Arael y Arieael.
Su nombre significa: "El león o la leona de Dios"
El arcángel Ariel aparece en escritos coptos, apócrifos y místicos judeocristianos como supervisor de la naturaleza y regulador del infierno; en este último, su función es castigar severamente a quienes entran en la oscuridad.


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